Crear un espacio seguro en casa: rincón de calma y autorregulación

Escoge un lugar que sea:

• Tranquilo, lejos de televisión y ruido.

• De luz suave (natural o lámpara cálida).

• Fácil de acceder: no escondido, no encerrado.

• Con espacio suficiente para sentarse cómodamente.

Buenas opciones:
✔ una esquina del dormitorio
✔ un rincón de la sala
✔ junto a una ventana que dé luz suave
✔ dentro de una carpa o tipi (si el niño lo disfruta)

Sensación de protección

• Cojines grandes

• Manta suave

• Peluche favorito

• Carpa tipi o toldo liviano

Regulación sensorial

• Juguetes de presión (stress balls)

• Pelota antiestrés con textura

• Cepillo sensorial

• Libro táctil

• Auriculares para reducir ruido

Regulación emocional

• Tarjetas visuales de emociones

• Cartas con respiraciones guiadas

• Frases que tranquilizan:
  “Estoy contigo”, “Respiremos juntos”, “Tú estás a salvo”

Regulación cognitiva

• Libros cortos

• Puzzles sencillos

• Objetos repetitivos (cintas, cuentas grandes, pop-its)

Tip: menos es más. Un espacio saturado deja de ser calmante.

• Se tapa los oídos

• Aletea muy rápido

• Empieza a caminar en círculos

• Su tono de voz sube repentinamente

• Muestra irritabilidad sin razón clara

• Expresa verbalmente: “No quiero más”, “Es mucho”, “Me voy”

La regla: Si su cuerpo habla más fuerte que sus palabras, es momento de ofrecer regulación.

Frases recomendadas:

• “¿Quieres ir a tu rincón de calma? Te acompaño.”

• “Parece que tu cuerpo está cansado. Tu espacio está listo.”

• “Vamos juntos y respiramos un poquito.”

Frases que NO usar:

• “Ve a tu rincón porque te portaste mal.”

• “Vas a quedarte allí hasta que te tranquilices.”

• “No vuelvas hasta que estés bien.”

• Mantén presencia tranquila (sin llenar de palabras).

• Modela respiraciones lentas.

• Baja el tono de voz y volumen ambiental.

• Respeta si quiere estar solo pero disponible.

• Acompaña desde el cuerpo: postura baja, sin tensión.

Puedes enseñarle a usarlo de forma natural:

• Practiquen juntos: 2–3 minutos por día.

• Incluye el espacio en la rutina nocturna.

• Usa cuentos que enseñen sobre regulación (puedo sugerirte títulos).

• Refuerza cuando él va solo: “Me encanta cómo escuchaste tu cuerpo.”

Esto es muy común. Estrategias:

• Permite que él mismo decida qué poner allí.

• Deja que elija el color de los cojines o una luz.

• Cambia objetos una vez al mes (rotación sensorial).

• Ofrece opciones: “¿Prefieres tu rincón o sentarnos aquí juntos?”

La autonomía aumenta el uso espontáneo.

• Las crisis son más cortas.

• Va solo cuando necesita regularse.

• Se calma más rápido.

• Hay menos conductas defensivas (gritos, escape, llanto).

• Aumenta su capacidad de comunicar antes de colapsar.